Comenzó oficialmente el CAM3

Mar, 12/08/2008 - 18:47

OCLACC.- Con un desborde de alegría y esperanza, más de cinco mil misioneros y misioneras del continente y de varios países del mundo, fueron protagonistas del acto inaugural del el Tercer Congreso Americano Misionero, CAM3, y el octavo Congreso Misionero Latinoamericano, COMLA8, este martes 12 de agosto, en el Coliseo Rumiñahui, el mayor escenario cubierto de la capital de los ecuatorianos.

Entre cánticos y alabanzas los misioneros y misioneras fueron copando poco a poco los graderíos del coliseo mayor de Quito, para luego dar inicio a la solemne Celebración Eucarística que fue presidida por el delegado pontificio, el Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, Arzobispo de Santo Domingo, República Dominicana.

El acto inaugural contó con la presencia de las principales autoridades de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, el Consejo Episcopal Latinoamericano, CELAM, y obispos y delegaciones de varias conferencias episcopales del continente.

Previo a la celebración litúrgica, el Cardenal Antonio González Zumárraga, Presidente de Honor de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana y Presidente de la Comisión organizadora del Congreso Misionero dio la bienvenida al Representante especial del Papa Benedicto XVI para el CAM 3, teniendo presente que es el Cardenal Primado de América y en consideración a que "ya ha cumplido prudentemente otras misiones como ésta y asiduamente ha fomentado la evangelización entre los Pastores del Continente Americano".

Posteriormente, el Arzobispo de Quito, Monseñor Raúl Vela Chiriboga dio saludó a todas las delegaciones que asisten al Tercer Congreso Misionero y con una oración pidió a Dios que cuide "de nuestra Patria, el Ecuador, porque estamos en una situación delicada", expresó, en alusión a la confrontación gubernamental por los cuestionamientos realizados por la jerarquía de la iglesia católica al proyecto de nueva constitución que será sometida a referéndum el 28 de septiembre próximo.

"Con nuestro testimonio, no solo con nuestra palabra, sino con nuestro testimonio, vayamos laborando por un mundo como quiere Dios, un mundo de justicia, de solidaridad, y de amor entre nosotros".

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